Hoy tome la guardia de la madrugada a la hora habitual, me lave la cara, sali al cockpit y trepe a mi lugar favorito para otear el horizonte, por encima del bimini, agarrado al estay de popa. Me acomode, abri bien los ojos y quede en shock... La cantidad e intensidad de estrellas era impactante, destellando a traves de la oscura boveda, enmarcada por un anillo de nubes cargadas de lluvia y relampagos. Surrealista. Me hizo acordar a la pelicula "Life of Pi", que con sus efectos especiales y su exageracion artistica pretendian describir con imagenes fantasticas esta abrumadora sensacion.

Me quede horas observando el cielo, tratando de captar la realidad de su dimension, de la embriagadora escala cosmica donde las distancias se miden en los anos que tarda la luz en llegar. Es impresionante. Y segui un rato rumiando la inmensidad del universo y la absurda pequenez de nuestra existencia, en este planetita que orbita una estrella de tamano mediocre, en una galaxia mas. Y dentro de este minusculo planeta, en el medio de uno de sus oceanos, avanzamos lentamente con el Faith, motoreando a traves de la calma chicha.

A pesar del deseo y necesidad por entender las verdades filosoficas, trato de conformarme con saborear el misterio de la creacion y de la omniprescencia de Dios, de asumir mi pequenez,
 
despejando toda idea egocentrica, sintiendome casi nada, un misero granito de arena en un vasto desierto. Invadido por esa sensacion de insignificancia, disfruto el milagro que significa la vida, y la oportunidad de transitarla y de saborearla a pleno.